Los cambios que se han producido en los últimos años en cuanto al avance de las tecnologías de la información y de los procesos globalizadores ha supuesto la aparición de nuevos problemas a los que debemos hacer frente en el ámbito educativo.
Uno de los principales problemas que nos encontramos es el de cómo solventar los inconvenientes derivados de la sociedad multicultural en la que vivimos, es decir, en qué medida podemos conseguir una integración cultural e idiomática adecuada a las necesidades que se planteen.
Otro de los problemas es el del cambio en los modelos de aprendizaje, ya que pierde importancia la transmisión de gran cantidad de información - que hoy resulta muy sencilla a través de Internet - frente a la correcta selección e interpretación de contenidos.
Asimismo, no hay que dejar de lado el tema de los materiales didácticos - los libros y cuadernos dejan paso a portátiles y memorias USB - y de su adecuada distribución en función de las necesidades de cada centro y de los alumnos.
Otro de los problemas a tratar es el hecho de que al desaparecer el "tiempo educativo" restringido al horario lectivo, esto supone una integración de las familias en la educación de sus hijos, con todo lo que ello conlleva.
Claramente, sí que existe un desfase entre la oferta y la demanda de tecnologías de la información en el ámbito educativo.
Esto es así debido a que la adaptación de estas tecnologías lleva consigo un proceso lento, puesto que cuando se intentan poner al día, siempre aparecen nuevos sistemas más modernos y que cubren mejor las necesidades de profesores y alumnos. A esto hay que sumas el hecho de que los materiales tecnológicos no siempre sean suficientes para el número de alumnos que los requieren.
El modelo educativo para le nuevo siglo ha de tener, como bien dice el profesor Juan Manuel Moreno de la UNED, un equilibrio entre innovación y tradición.
Es decir, conseguir que los alumnos alcancen las habilidades necesarias para desenvolverse de manera eficaz en un futuro ( tanto a nivel personal como profesionalmente) pero sin dejar de lado los nuevos recursos y modelos educativos que van surgiendo. Para ello habrá que integrar de manera adecuada a profesores y familias en el terreno educativo, pero sin descuidar el papel de cada uno.
Elena Maura Bengoechea